17th diciembre 2025

Construyendo un futuro libre de violencia sexual: aprendizajes del ciclo de formación con jóvenes activistas en América Latina y el Caribe

By Sofia Quiroga

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Fortalecer las capacidades del movimiento para promover el acceso a la justicia sin discriminación para todas las sobrevivientes.

En cada país, las conversaciones comienzan de forma distinta. A veces, con una ronda de presentaciones en la que los nombres resuenan en lenguas originarias, otras con un ejercicio de memoria sobre cómo llegamos hasta aquí, o con un juego lúdico para compartir los recorridos de cada activismo. Pero en todos los espacios hay algo en común: el deseo profundo de transformar las formas en que la justicia escucha, comprende y acompaña a las sobrevivientes de violencia sexual.

Entre octubre y diciembre de 2025 impulsé y acompañé, junto al equipo de Equality Now y organizaciones aliadas, un ciclo regional de formación con jóvenes activistas, abogadas, psicólogas y defensoras comunitarias en Argentina, México, Colombia y Bolivia. Estos encuentros, realizados en alianza con organizaciones feministas, redes indígenas y asociaciones comunitarias, fueron pensados como espacios para conectar experiencias, compartir herramientas jurídicas, políticas y comunicacionales, y fortalecer las redes que ya están disputando las respuestas estatales frente a la violencia sexual en la región.

Este ciclo se pensó como parte de una estrategia regional de fortalecimiento de capacidades de juventudes activistas y de apropiación de los estándares internacionales en materia de violencia sexual. En la práctica, fue también una oportunidad para poner esos estándares en diálogo con realidades locales muy diversas y para trabajar con las y los jóvenes activistas en cómo apropiarlos como herramientas concretas de incidencia en sus territorios, conectando el derecho internacional, la comunicación estratégica y la planificación de acciones con el trabajo cotidiano que ya realizan a nivel local.

México: aprender desde la justicia comunitaria

En Oaxaca, más de veinte abogadas y defensoras indígenas se reunieron en la capacitación que organizamos junto a la Red Nacional de Abogadas Indígenas (RAI).. Durante dos días, se compartieron conocimientos jurídicos y experiencias de defensa en la justicia comunitaria y estatal.

Las conversaciones giraron en torno a la necesidad de nombrar lo vivido, de ser escuchadas y de exigir justicia sin miedo, especialmente en contextos en los que las mujeres indígenas enfrentan múltiples barreras para acceder a sistemas de protección efectivos. Desde la justicia comunitaria hasta la justicia estatal, se evidenció con fuerza la importancia de trabajar con enfoques de género e interseccionales que dialoguen con las realidades culturales y territoriales.

Durante el encuentro, mi colega Elizabeth C. Plácido, Oficial de Incidencia de Equality Now, puso el acento en cómo estos espacios permiten vincular el análisis jurídico con las prácticas concretas de defensa que ya existen en las comunidades. “Son esenciales para conectar el trabajo jurídico con la fuerza de las comunidades”, señaló. “Las defensoras indígenas están mostrando que la justicia también puede ser colectiva, culturalmente pertinente y profundamente transformadora”.

Argentina: feminismo joven frente al avance de las violencias

En Córdoba, la Formación Integral sobre Violencia Sexual y Derechos Humanos para Jóvenes Activistas, realizada junto a la Fundación Vivir Libres, capacitó a jóvenes profesionales del derecho, psicología, medicina y ciencias sociales. A través de módulos teóricos, debates colectivos y espacios de cuidado, el encuentro propuso una reflexión crítica sobre el rol del activismo frente a la violencia sexual y sobre las responsabilidades institucionales en su abordaje.

Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM)aportó elementos clave para pensar el lugar del testimonio en los procesos judiciales y el impacto subjetivo que implica narrar una experiencia de violencia sexual. Sus palabras ayudaron a abrir una conversación necesaria sobre la distancia que muchas veces existe entre los tiempos del sistema de justicia y los tiempos del trauma.

“La palabra pronunciada por la víctima es escuchada por alguien que muchas veces desconoce lo que implica testimoniar sobre un hecho traumático”, señaló. “Quienes trabajamos con violencia sexual nos enfrentamos a lo siniestro de la cultura. Por eso, entender el impacto del trauma no solo mejora el abordaje, sino también la escucha. Cada gesto institucional puede contribuir a reparar o volver a dañar”.

En un contexto de retrocesos democráticos y de recrudecimiento de las violencias, las reflexiones colectivas volvieron una y otra vez sobre el lugar de la formación feminista como práctica política. No como acumulación de saberes, sino como espacio de encuentro, de elaboración compartida y de construcción de estrategias para sostener el trabajo en escenarios cada vez más hostiles.

“Formarnos juntas es también una forma de resistir”, compartió Yohana Artico, una de las participantes. “El pensamiento crítico se vuelve acción cuando se pone en diálogo con otras trayectorias, territorios y luchas”.

La capacitación buscó que las y los jóvenes se reconozcan como multiplicadores de buenas prácticas, capaces de incidir en sus ámbitos profesionales y comunitarios para erradicar las violencias y transformar las instituciones desde dentro.

Colombia: encuentro de activistas en defensa de los derechos de niñas , adolescentes y mujeres víctimas de violencia sexual

En Cali, Colombia, la formación se desarrolló como un encuentro interregional coorganizado con Justicia para Todas,que reunió a activistas, abogadas y lideresas comunitarias de distintos territorios del país, intencionalmente seleccionados por presentar altas tasas de violencia sexual. El espacio fue diseñado desde una lógica interdisciplinaria e interseccional, reconociendo que las barreras de acceso a la justicia se profundizan cuando se cruzan el racismo, el capacitismo, la edad y la pobreza.

Intercambiamos sobre los principales obstáculos que enfrentan niñas, adolescentes y mujeres sobrevivientes de violencia sexual en el sistema judicial, así como en las brechas persistentes entre los marcos legales existentes y su implementación efectiva.

En respuesta a una demanda expresa de las participantes, se incluyó una sesión de formación en comunicación estratégica y en tendencias de comunicación digital para la incidencia. El espacio permitió trabajar sobre cómo disputar sentidos en entornos digitales cada vez más hostiles, cómo proteger a sobrevivientes y defensoras, y cómo planificar campañas con intención política y evaluar su impacto.

Desde el inicio, se hizo evidente que muchas de las organizaciones presentes compartían diagnósticos y obstáculos similares, pero que rara vez habían tenido la oportunidad de poner esas experiencias en diálogo directo, incluso cuando trabajan en las mismas regiones.

Bolivia: construyendo un futuro libre de violencia sexual

En Cochabamba, facilitamos junto a nuestras aliadas de la Comunidad de Derechos Humanos. la última capacitación del ciclo. El encuentro se centró en el trabajo cotidiano de las organizaciones que previenen la violencia sexual y realizan incidencia, en las dificultades concretas que enfrentan al acompañar a sobrevivientes y en la necesidad de actualizar estrategias frente a violencias que se transforman.

Se reflexionó también sobre la particularidad de las barreras en los contextos rurales con gran parte de su población perteneciente a pueblos originarios y los desafíos que implica trabajar desde una perspectiva intercultural que respete los saberes ancestrales de los territorios pero no nos naturalice o justifique como algo “ cultural” la violación sistemática de niñas.

Como señaló Amparo Choquehuanca Limachi, participante de la capacitación: “Vemos que la violencia va cambiando de espacios. Hoy hay mucha violencia también en el ámbito virtual. Este tipo de formaciones nos ayudan a actualizarnos y a acuerparnos con compañeras en nuestros territorios y a nivel nacional, para hacer que el movimiento sea mucho más fuerte”.

Junto a esto, el espacio habilitó una reflexión colectiva sobre el cuidado como dimensión central del trabajo frente a la violencia sexual. En palabras de Grethel Ruiz Casso, “este encuentro me ha parecido importante principalmente para conocernos entre nosotras, que somos las que cotidianamente estamos enfrentando al sistema. Hemos visto estrategias de litigio, de comunicación y de incidencia”, y también sobre “la importancia del cuidado colectivo entre nosotras para estar fuertes y poder contribuir en la defensa de las sobrevivientes, pensando desde la salud mental y el autocuidado”.

Aprendizajes

Acompañar este ciclo de formación en distintos países de la región reafirmó una convicción central del trabajo de Equality Now. Fortalecer el acceso a la justicia frente a la violencia sexual no se agota en las reformas legales. Requiere invertir de manera sostenida en las capacidades del movimiento de mujeres y de jóvenes activistas que, desde los territorios, enfrentan a diario las brechas entre las leyes y su implementación.

En cada encuentro, las organizaciones y activistas llegaron con prácticas, saberes y estrategias construidas en contextos complejos, muchas veces atravesados por respuestas estatales fragmentadas o insuficientes. El sentido de este ciclo no fue “transferir” estándares internacionales, sino ponerlos en diálogo con ese trabajo previo, discutirlos críticamente y usarlos de manera situada como herramientas de incidencia y de acompañamiento a las sobrevivientes.

El proceso también permitió profundizar una idea que atraviesa hoy nuestro trabajo. La incidencia no puede pensarse únicamente desde los espacios institucionales tradicionales. La violencia sexual se desplaza, adopta nuevas formas y encuentra nuevos escenarios, incluidos los entornos digitales. Incorporar la comunicación estratégica respondió a una necesidad planteada desde los propios territorios para disputar sentidos, proteger a sobrevivientes y defensoras, y sostener agendas políticas en contextos cada vez más hostiles.

Por fin, el ciclo volvió a poner en el centro dos dimensiones inseparables. En primer lugar, el valor de los encuentros entre organizaciones que, aun enfrentando problemáticas similares, suelen trabajar de manera aislada, y la potencia de generar espacios de articulación y confianza. En segundo lugar, el cuidado como práctica política, indispensable para sostener en el tiempo el trabajo frente a la violencia sexual y las barreras persistentes en el acceso a la justicia.

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