Seis claves para entender la nueva Ley Modelo Interamericana sobre Violencia Digital contra las Mujeres

La Ley Modelo Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Digital contra las Mujeres Basada en Género fue elaborada por el Comité de Expertas del MESECVI, el órgano técnico que supervisa la implementación de la Convención de Belém do Pará y desarrolla estándares regionales en materia de derechos de las mujeres. Tras un proceso de consultas en varios países con participación de Estados, especialistas y organizaciones de la sociedad civil, la Ley Modelo fue aprobada en diciembre de 2025 durante la X Conferencia de Estados Parte y la XXII Reunión del Comité de Expertas, celebradas en Fortaleza.

Este instrumento ofrece una orientación para construir respuestas integrales y coherentes, basadas en derechos humanos y con participación de múltiples actores. Reconoce que la violencia digital forma parte del continuum de violencias que afectan de manera diferenciada y desproporcionada a mujeres, adolescentes y niñas, y establece obligaciones tanto para los Estados como para plataformas digitales e intermediarios de internet, promoviendo transparencia, corresponsabilidad y cierre de brechas tecnológicas. .

1. La violencia digital avanza de forma acelerada y profundiza desigualdades existentes

La creciente digitalización de la vida cotidiana ha ampliado los espacios donde se reproducen formas de violencia basadas en género. Mujeres y niñas enfrentan acoso, vigilancia, difusión no consentida de imágenes íntimas, deepfakes, suplantación de identidad, discursos de odio y violencia política digital. Estas prácticas generan daños múltiples y afectan derechos vinculados a la privacidad, la participación pública, el acceso a oportunidades y la seguridad. La Ley Modelo parte de reconocer que estas violencias son violaciones de derechos humanos que agravan desigualdades estructurales.

2. La Ley Modelo ofrece el primer marco regional integral para comprender y abordar la violencia digital

El instrumento interamericano define la violencia digital y reconoce derechos digitales esenciales como el control sobre la propia imagen, la protección de datos, el anonimato, la libertad de expresión y el acceso a la justicia. Establece lineamientos para prevenir, proteger, investigar, sancionar y reparar la violencia digital, y orienta políticas públicas y reformas legislativas a partir de estándares de derechos humanos. También incorpora principios de gobernanza digital, cooperación internacional y corresponsabilidad entre Estado, sector privado y sociedad civil.

3. El enfoque combina obligaciones estatales con responsabilidades claras para plataformas digitales

La respuesta a la violencia digital no se limita al ámbito penal. La Ley Modelo establece que los Estados deben actuar con debida diligencia reforzada, garantizar medidas urgentes de protección, investigar con capacidad técnica adecuada, asegurar preservación de evidencia digital y ofrecer reparación integral. Al mismo tiempo, define responsabilidades para plataformas digitales: transparencia en moderación de contenidos, mecanismos accesibles de denuncia, remoción oportuna de material violento o no consentido y cooperación con autoridades. Este diseño busca evitar respuestas desproporcionadas como la censura generalizada o la vigilancia masiva, priorizando medidas consistentes con estándares de derechos humanos.

4. Equality Now contribuyó a dar forma al contenido de la Ley desde las primeras etapas

Equality Now participó activamente en las consultas realizadas por el MESECVI y aportó insumos técnicos basados en nuestra experiencia comparada en reformas legislativas, litigio estratégico y estándares internacionales de derechos humanos. En nuestra presentación formal de insumos al MESECVI en colaboración con la Alianza Regional por la Libertad de Expresión e Información destacamos la necesidad de equilibrar protección y libertad de expresión, adoptar un enfoque interseccional robusto e incorporar obligaciones específicas tanto para los Estados como para las plataformas tecnológicas. También subrayamos los riesgos diferenciados que enfrentan mujeres indígenas, afrodescendientes, jóvenes, mujeres LGBTIQ+, mujeres periodistas, defensoras de derechos humanos y mujeres con discapacidad.

Un componente central de nuestro acompañamiento fue asegurar la participación de voces diversas en las consultas regionales. Facilitamos la participación de expertas y representantes de organizaciones de la sociedad civil que trabajan desde los territorios y que forman parte de la Articulación Regional Belém do Pará

5. La efectividad de la Ley dependerá del compromiso político, la asignación de recursos y la participación social

La adopción de la Ley Modelo abre una fase que exige acciones concretas. Los Estados deberán integrarla en sus procesos legislativos, ajustar marcos regulatorios, asignar presupuestos suficientes y fortalecer capacidades institucionales, incluyendo unidades especializadas, laboratorios forenses con perspectiva de género y formación obligatoria para operadores de justicia. También será necesaria la producción de datos rigurosos, diagnósticos nacionales y mecanismos de coordinación multisectorial con participación vinculante de organizaciones de mujeres y defensoras de derechos digitales. El MESECVI tiene un papel clave en asegurar coherencia regional, establecer estándares comunes y monitorear avances.

La sociedad civil continuará siendo un actor central: impulsando litigio estratégico e incidiendo para que los Estados y las plataformas cumplan con sus obligaciones, acompañando a sobrevivientes, difundiendo información clara y accesible sobre la Ley Modelo y sus implicaciones, y fortaleciendo capacidades de organizaciones y comunidades para identificar, documentar y denunciar la violencia digital. La implementación de la Ley Modelo abre la posibilidad de mejorar la protección de mujeres y niñas en los entornos digitales y de avanzar hacia formas de gobernanza más democráticas y responsables.

6. La Ley Modelo dialoga con iniciativas globales y aporta un estándar útil para otras regiones

La Ley Modelo se inserta en un debate internacional más amplio sobre cómo proteger los derechos de mujeres y niñas en entornos digitales. Su contenido se articula con marcos globales como el Convenio de Budapest, la Convención de la ONU sobre Ciberdelincuencia, el Informe del Secretario General sobre violencia en línea y regulaciones como la Ley de Servicios Digitales europea. También converge con discusiones del Foro de Gobernanza de Internet y con iniciativas impulsadas por la Unión Africana, la Commonwealth y la ASEAN. Además, se articula con procesos multilaterales en marcha, como el Pacto Digital Mundial de las Naciones Unidas, adoptado en 2024 dentro del Pacto para el Futuro, que establece principios compartidos para la gobernanza digital y la protección de derechos humanos en entornos digitales.

Su enfoque integral e interseccional ofrece un punto de referencia para otras regiones, en un contexto donde proliferan respuestas que reproducen vigilancia excesiva, sobrerregulación o medidas punitivas desproporcionadas. La Ley Modelo contribuye así a debates globales sobre transparencia algorítmica, responsabilidad empresarial, protección de datos y cooperación internacional frente a violencias que no respetan fronteras tecnológicas ni geográficas.

Para Equality Now, este instrumento crea una plataforma sólida para exigir compromisos concretos y aporta un estándar interamericano que puede contribuir a los debates globales sobre cómo construir ecosistemas digitales más seguros, inclusivos y coherentes con los derechos de mujeres y niñas.